La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre el creciente riesgo de retraso en niños por padres fumadores, un tema que preocupa cada vez más a expertos en salud pública. Según la OMS, el humo de tabaco en ambientes familiares representa graves peligros para el desarrollo y la salud infantil, lo que ha encendido las alarmas entre profesionales médicos y la sociedad civil.
Diversos estudios confirman que la exposición al humo de tabaco pasivo puede provocar, entre otros problemas, retraso en el crecimiento físico y en el desarrollo cognitivo de los menores. En el hogar, los hijos de padres que fuman enfrentan un riesgo significativo de sufrir complicaciones respiratorias, infecciones recurrentes y detrimento en su rendimiento escolar debido a factores asociados al humo de tabaco.
El humo de tabaco contiene sustancias nocivas que alteran la función de los pulmones y disminuyen la calidad del aire en espacios cerrados. Según la OMS, los niños expuestos a ambientes con humo de tabaco presentan mayores tasas de bajo peso al nacer, enfermedades respiratorias crónicas y, en algunos casos, retraso en el crecimiento tanto físico como intelectual.
Estos riesgos aumentan si la exposición ocurre durante los primeros años de vida, cuando el cuerpo y el cerebro están en plena etapa de desarrollo.Este llamado de la OMS no solo busca proteger el bienestar de los menores, sino también concientizar a padres y cuidadores sobre los peligros invisibles presentes en las rutinas diarias. Ante esta situación, organizaciones de salud instan a reforzar campañas educativas y promover hogares libres de humo para garantizar un desarrollo óptimo en la infancia.