Un trágico incidente en Brownsville, Texas, dejó ocho muertos y diez heridos tras un atropello a un grupo de migrantes que esperaban el autobús cerca de un refugio en la ciudad fronteriza.
La policía ha identificado al conductor como George Álvarez, un residente de 34 años de la ciudad texana con antecedentes criminales, que era buscado por varios cargos previos al incidente.
Según testigos, el conductor insultó a los migrantes acusándolos de "invadir" Estados Unidos, aunque la policía todavía no ha corroborado esta información.
“El sospechoso fue hospitalizado por sus heridas en el choque y no colaboró con la policía. Actualmente, se encuentra bajo custodia, acusado de homicidio por imprudencia, aunque no se descarta que el atropello fuera intencionado”, explicó el investigador Martín Sandoval.
El director del refugio donde se encontraban las víctimas ha confirmado que la mayoría eran hombres venezolanos que esperaban el autobús para regresar al centro de la ciudad tras pasar la noche en el refugio.
La parada donde fueron atropellados no estaba señalizada ni contaba con un banco para sentarse, por lo que el grupo estaba de pie o sentado en la acera cuando el conductor los arrolló con un auto Range Rover tras saltarse un semáforo en rojo.
Las autoridades están analizando tres posibles explicaciones: Intoxicación alcohólica, accidente o intencionalidad. El jefe policial de Brownsville ha señalado que esperan el resultado del reporte toxicológico para saber si el conductor iba bajo los efectos del alcohol o drogas.
Mientras tanto, la comunidad migrante y organizaciones de derechos humanos han expresado su indignación y exigen que se esclarezcan los hechos y se haga justicia para las víctimas y sus familias.
Este triste incidente refleja la vulnerabilidad y la precariedad en la que viven muchas personas migrantes en Estados Unidos, quienes a menudo se ven expuestas a la discriminación y violencia.