El 5 de noviembre de 1872, la sufragista estadounidense Susan B. Anthony fue arrestada y multada con 100 dólares por emitir su voto en las elecciones presidenciales de EEUU, sin tener derecho a hacerlo legalmente. Anthony, junto a otras quince mujeres, exigió ser registrada para votar en estas elecciones, argumentando que, como ciudadanas que pagaban impuestos, tenían el mismo derecho que los hombres para participar en el proceso electoral.
Ese día, Susan B. Anthony votó en Rochester, Nueva York, apoyando al candidato republicano Ulysses S. Grant. Tras su arresto, se negó a pagar la multa, con la esperanza de que el caso llegara a la Corte Suprema de EEUU Sin embargo, esto no ocurrió.
La lucha de Anthony fue incansable y su dedicación al derecho de las mujeres a votar sigue siendo un símbolo importante para los activistas de derechos de las mujeres. En homenaje a su legado, muchas personas cubren su lápida en Rochester con calcomanías de "Yo voté", una tradición que se hizo especialmente popular en 2016, cuando Hillary Clinton fue candidata a la presidencia de EEUU, y que continúa hasta la actualidad en cada jornada electoral.