El anuncio del presidente argentino, Javier Milei, de trasladar la embajada de Argentina a Jerusalén ha desencadenado una fuerte reacción por parte del grupo Hamas.
En un comunicado emitido este martes, Hamas condenó enérgicamente esta decisión, calificándola como una violación de los derechos del pueblo palestino y una vulneración del derecho internacional.
Hamas considera que este paso coloca a Argentina como cómplice del ocupante sionista y ha instado al presidente Milei a revertir su decisión. Además, el grupo islamista expresó su preocupación por la posible declaración de Hamas como grupo terrorista por parte del gobierno argentino, una medida que Milei confirmó durante su llegada al Aeropuerto Internacional Ben Gurión de Tel Aviv.
El traslado de la embajada argentina a Jerusalén, si se lleva a cabo, rompería con la tradición de la comunidad internacional de mantener las embajadas en Tel Aviv como protesta por la anexión de la mitad Este de Jerusalén por parte de Israel en 1980. Sin embargo, desde la decisión del ex presidente estadounidense Donald Trump de trasladar la embajada de EEUU a Jerusalén en 2018, otros países han seguido su ejemplo.
Se espera que Milei, quien ha expresado su fuerte apoyo a Israel a pesar de no ser judío, designe al rabino Axel Wahnish, quien lo acompaña en su visita actual, como futuro embajador en Jerusalén.
No obstante, más allá de las consideraciones políticas y diplomáticas, la decisión de Milei plantea interrogantes sobre el papel de Argentina en el conflicto de Medio Oriente y el impacto que esta medida pueda tener en las relaciones bilaterales con los países árabes y musulmanes.
Además, el eventual reconocimiento de Hamas como grupo terrorista por parte del gobierno argentino podría generar tensiones adicionales en la región y poner en riesgo la estabilidad de Medio Oriente.