España anuncia un proyecto destinado a construir la primera granja de pulpos en el mundo, la cual criaría alrededor de un millón de pulpos al año para ser consumidos como alimento.
Según documentos confidenciales a los que tuvo acceso la BBC, la multinacional española Nueva Pescanova, planteó el proyecto a la Dirección General de Pesca de Canarias, el cual busca poner fin a la escasez de la especie “pulpo vulgaris”.
Sin embargo, varios científicos han expresado su preocupación sobre el bienestar de estas criaturas inteligentes, catalogando como “cruel” el método propuesto que consiste en matarlos con agua helada.
Incluso, los legisladores del estado de Washington, han propuesto prohibir la práctica de criar pulpos de forma intensiva o de poner en práctica la granja de pulpos antes de que inicie.
Nueva Pescanova, propone en su proyecto que los pulpos al ser animales acostumbrados a la oscuridad, se mantengan en tanques con otros pulpos, bajo luz constante.
Las criaturas estarían alojadas en unos 1.000 tanques comunitarios en un edificio de dos plantas en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria y para matarlos los colocarían en recipientes de agua a -3 °C, de acuerdo a los documentos.
Los expertos han demostrado que este método de sacrificio que utiliza un “lodo de hielo” provoca una muerte lenta y estresante en los peces.
El Aquaculture Stewardship Council (ASC), el principal esquema de certificación de productos del mar cultivados, propone una prohibición al proyecto, a menos que las criaturas sean aturdidas de antemano, por esta razón, es que algunos supermercados en Europa han dejado de vender pescado que fue sacrificado con hielo.
Peter Tse, un profesor de la Universidad de Dartmouth, en Estados Unidos, señaló que "matarlos con hielo sería una muerte lenta, sería muy cruel y no debería permitirse" y añadió que eran tan inteligentes como los gatos, sugiriendo que una forma más humana para matarlos sería golpeándolos en la cabeza.
No obstante, actualmente no existen reglas de bienestar animal que los protejan, ya que los pulpos nunca antes se habían criado comercialmente, aunque los conservacionistas creen que cultivarlos reduciría el precio, creando nuevos mercados.