New York City, New York.
El 23 de mayo de 2016, un comité de calificación de Moody’s fue convocado para discutir la calificación del gobierno de Honduras. Los principales puntos planteados durante el debate fueron: la fortaleza institucional ha mejorado sustancialmente.
La fortaleza fiscal o financiera del emisor, incluido el perfil de la deuda, se ha mejorado sustancialmente. El emisor se ha convertido menos susceptible a eventos de riesgo. Un análisis de este emisor, en relación con sus pares, indica que un reposicionamiento de su calificación sería apropiado.
Moody’s Investors Service aumentó las calificaciones de bonos soberanos de Honduras a B2 de B3. Asimismo, aumentó las calificaciones del emisor en moneda extranjera y moneda local y las calificaciones senior no garantizadas a B3 de B2. La perspectiva de las calificaciones se mantiene positiva.
La decisión de Moody’s de aumentar las calificaciones de Honduras a B2 está sustentada en los siguientes factores:
(1) El perfil fiscal de Honduras ha mejorado significativamente, con el déficit de la administración central disminuyendo a 3.1% del PIB en 2015 de 7.9% en 2013, y la razón de deuda a PIB esperando se estabilice en 46% del PIB este año.
(2) Las autoridades han implementado mejoras institucionales que han tenido como consecuencia mayor disciplina en el proceso presupuestario, controles efectivos en el gasto gubernamental y mejor administración tributaria.
La perspectiva de las calificaciones permanece positiva y refleja la opinión de Moody’s de que las mejoras en el ámbito fiscal continuarán en 2016 y 2017, además del continuo cumplimiento con la agenda de reformas estructurales planteadas en el programa con el FMI.
El techo país de bonos de largo plazo en moneda extranjera de Honduras aumentaron a Ba3 de B2. El techo país de depósitos en moneda extranjera aumentó a B3 de Caa1, mientras que los techos de bonos y de depósitos en moneda local aumentaron a Ba2 de B2. Los techos país de corto plazo de bonos y depósitos en moneda extranjera permanecen sin cambio en NP.
A continuación se presenta una tabla con todas las calificaciones de deuda de la firma Moody’s.
En general el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández ha estabilizado la macroeconomía del país pero esta buena calificación no es de gratis y tiene un costo altísimo para los hondureños. Esta nueva mejora en la calificación de Moody’s ha agravado la equidad social e incrementado el nivel de desempleo en el país. Como podemos apreciar en la gráfica anterior las calificaciones en las que Honduras se encuentra están bajo largo plazo y en una categoría especulativa y mejor conocida como “Bono Basura.”
En finanzas se le conoce a estos bonos con un alto riesgo de impago sin embargo suelen pagar un cupón más lucrativo que los bonos de mejor calidad, de esta manera se hacen mas atractivos para los inversionistas. En términos más sencillos este tipo de bonos es como una apuesta deportiva a la que el inversionista le apuesta a un equipo de la liga hondureña contra el FC Barcelona de España, una apuesta casi imposible de ganar. Además de estar en categorías especulativas, estos bonos entran en categorías que carecen de las características de una inversión deseable.
En cuanto al primer factor de esta mejora de calificación miramos como funcionan los acuerdos firmados con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El gobierno amparado en el Acuerdo Stand-By y Facilidad de Crédito Stand-By del FMI, redujo el déficit fiscal a un ritmo más acelerado de lo contemplado. En 2015, el gobierno logro reducir el déficit fiscal a 3.1% de un 7.9% en 2013.
El gobierno logro incrementar sus ingresos al aprobar un incremento en el impuesto sobre venta de un 12% a un 15%, este incremento no tuvo piedad de ninguna clase social ya que se convirtió en el impuesto sobre venta más caro de Centroamérica. Además de eso se implementó el impuesto de seguridad mejor conocido como Tasa de Seguridad (TASON), el cual poco ha ayudado a disminuir los índices de criminalidad y frenar el impuesto informal de la extorsión de grupos criminales. Esto sin mencionar que los fondos de la Tasa de Seguridad que están a discreción del Poder Ejecutivo no se pueden auditar, ya que están protegidos por la Ley de Secretos del Estado.
Los gastos de salarios públicos se han disminuido ya que el gobierno ha despedido masivamente a empleados de varias empresas estatales. En solo el año 2014 se despidieron a unos 5268 empleados de empresas estatales tales como la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (HONDUTEL), Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (INSEP) y del desaparecido Instituto Hondureño de la Niñez y Familia (IHNFA). Esto sin contabilizar los 1,500 empleados que fueron despedidos con el cierre de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI) en Marzo del presente año. A muchos de estos empleados todavía se les deben sus prestaciones, pero el gobierno solo vio este despido como un recorte al déficit fiscal del país.
Hoy más que nunca logramos entender otro de los eslogan del presidente Hernández, “voy hacer lo que tenga que hacer” esta vez logro una mejor calificación crediticia al dejar sin empleo a muchos hondureños. Es menester del gobierno luchar por un bien común pero en este caso miramos como el gobierno se vuelve a lavar las manos con calificaciones superficiales. El desempleo de los empleados públicos no ha sido absorbido por las demás industrias en el país. No se estructuro un plan de cómo migrar todos esos empleos de las empresas estatales a nuevas fuentes de trabajo en el sector privado. En temas estadísticos se mejoro la macroeconomía pero a un costo de ahogar a la población con desempleo y falta de oportunidades. El exempleado público hoy entiende del porque fue despedido.
En cuanto al segundo factor de esta mejora de calificación están los arreglos institucionales para tener una política fiscal más predecible. Ante el cierre de la Dirección Ejecutiva de Ingresos, el gobierno abrió una nueva institución que lleva el nombre de Servicio de Administración de Rentas (SAR) para que se encargue de la administración tributaria del país. Mediante estas nuevas funciones dentro del Ministerio de Finanzas se planea monitorear el progreso hacia el cumplimiento de los objetivos fiscales a mediano plazo, reduciendo la evasión fiscal y fortaleciendo el proceso de valoración, selección y aprobación de proyectos de inversión. Cabe mencionar que el SAR también será una institución avalada por la Ley de Secretos del Estado como consecuencia no esta limitada a una auditoria.
El informe de Moody’s expone como la calificación puede tener una baja o alza. La calificación positiva puede tener una alza si hay un crecimiento económico de 3.5% o mayor, y si el gobierno cumple con los objetivos de déficit fiscal establecidos en la nueva ley de responsabilidad fiscal y la disminución en indicadores de deuda. Por el contrario, la perspectiva de la calificación podría ser revisada a estable si el comportamiento de la política pública no es consistente con las mejoras institucionales recién creadas, limitando así la continuación de la consolidación fiscal y deteniendo la tendencia positiva que se ha observado en los últimos años. Es decir si el SAR y demás instituciones recién constituidas no son capaces de parar el despilfarrando de este gobierno, fácilmente miraremos una baja en esta calificación de Moody’s
La evaluación se focaliza exclusivamente en aspectos macroeconómicos y desempeño fiscal; no menciona indicadores sociales en deterioro. En cuanto a esos indicadores sociales sobre Honduras, el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) reporta el incremento de la pobreza en un 70%. La extrema pobreza en Honduras es de un 42.3% mientras que la media del resto de Latinoamérica se ubica en 11.5%. El incremento del desempleo urbano fue de 6% a 8%.
Honduras es uno de los tres países con mayor desigualdad en toda Latinoamérica; de acuerdo a encuestas de opinión hechas en el estudio “ADN Económico de Honduras 2015” por el Banco Mundial el cual indica que un 47% de los hondureños piensa que la actual distribución del ingreso es injusta y un 34% que es muy injusta. Cabe agregar que la clase media ha visto caer su nivel de ingreso en un 5%. La reducción del ingreso laboral y la falta de pago del salario mínimo ha contribuido a elevar la pobreza a un 4%. Dos terceras partes de la fuerza laboral ganaron menos del salario mínimo en 2013.
Las remesas son la segunda fuente más importante de divisas en Honduras y corresponden a más de tres veces el valor de la inversión extranjera directa. Durante el período después de la crisis política, el promedio de las remesas fue de $2.9mil millones de dólares (un 16.4 por ciento del PIB) alcanzando un pico de $3.3 mil millones (16.9 por ciento del PIB) en 2014. Es decir que el hondureño en el extranjero contribuye más a la economía del país que cualquier empresa extranjera hoy en día. De que sirve tener un buen crédito y tener la puerta abierta para endeudar más al país con capital extranjero, si no aumenta la inversión extranjera.
Hoy en día el segundo mayor generador de divisas para el país es el hondureño que trabaja en el extranjero enviando remesas. Ese hondureño que no tuvo oportunidades de crecimiento en Honduras y se vio obligado a emigrar a la nación del norte en busca de una “vida mejor” para el y para su pariente que se quedo en el país.
Por estas razones se expone la otra cara de la moneda en la mejora de calificación de Moody’s al gobierno de Honduras. Esta nueva calificación trae una estabilidad macroeconómica temporal, la cual el gobierno obtiene mediante el cobro de más impuestos, devaluar la moneda, cargas mayores en tarifas de energía y servicios, despido masivo de empleados públicos, poca generación de empleo trayendo como consecuencia una migración forzosa pero sacando ventaja de las remesas de compatriotas que dejaron su hogar producto de la pobreza, desempleo, inseguridad y miseria.